Madrid - Santiago, Spain
REVISTA LECTURAS

domingo, 14 de febrero de 2010

ENTREVISTA: Pedro Núñez, "Aunque transformado aparezco de nuevo igual", Por Bernardita Lira M.




“EADEM MUTATO RESURGO”

(Aunque transformado aparezco de nuevo igual)


Pedro Núñez (Chile, 1958), vive hace 23 años en Madrid, es autodidacta y se mantiene al margen del mercado del arte. Da clases de origami en algunas Universidades de Barcelona y en el Elisava Italia. Hace algunos años fundó en Madrid junto a Rodolfo Franco, Andrés Fisher y José Benito del Pliego el colectivo Delta nueve, revista de plástica y poesía. Ha participado en todos los encuentros de performance organizados anualmente por el Centro de Arte Moderno en Madrid, con acciones de arte en manipulación de papel. Entre el 10 de diciembre de 2009 y el 30 de enero de 2010, expone por primera vez en Madrid sus dibujos en grafito y plegaduras de papel, en la Galería Columpio.



De dónde surge este “Eadem mutato resurgo”

Un matemático define una espiral con este nombre “aunque transformado aparezco de nuevo igual”. Eso es la espiral, vuelve siempre sobre sí misma, pero nunca sobre la misma línea, un centímetro al lado, otro, es una relectura constante de la misma realidad. Una espiral logarítmica responde a un número que es siempre variable pero que tiene un patrón y un orden, que se va haciendo cada vez más amplia y que corresponde a lo que se conoce como el número de oro, la divina proporción, infinito, un número irracional. A mi me interesa trabajar con esa proporción.

Cómo ha sido la experiencia de exponer en la galería Columpio, ahí se expone sólo dibujo…

Por eso me interesó. El dibujo es muy despreciado en este país, en esta ciudad especialmente, entonces Columpio es la única galería de dibujo que existe en España, es una apuesta radical y riesgosa, entonces hice una exposición especialmente para la galería, haciéndome cómplice del riesgo.

¿Este material está hecho hace cuánto tiempo?

Esta recién hecho, me interesaba que tuviera una cosa instantánea de lo que se está haciendo, que fuera fresco. Toda la temática de esta exposición son temas en los que vengo trabajando desde siempre, son relecturas, lo mismo con ligeras variaciones de mirada. Me interesaba mucho en mi trabajo anterior de grabado, que el resultado final fuera clínico, que no se notara la mano, que sólo fuera idea, abstracción, en cambio en esta exposición de dibujos me interesaba todo lo contrario, que por fin se viera la vibración de la mano, que fuera íntimo. Si lo analiza un grafólogo puede descubrir cosas que ni yo mismo sé.

¿Te preparas para una colección, trabajas en torno a un tema?

Absolutamente, la tengo clara en la cabeza antes de hacer nada y la desarrollo con método. Lo primero que me pregunto cuando empiezo con la manipulación de papel, es qué pasa cuando cogemos el tablero de ajedrez y lo plegamos, siguiendo esas líneas que propone, las líneas verticales y horizontales, qué pasa si incorporo las diagonales del alfil, ahí ya todo es posible y empiezo a trabajar con método, me invento reglas. Yo creo que en eso consiste la libertad, que uno se inventa sus propias leyes.

Y ¿cuál es la temática que planteas, qué tratas de poner en tu obra?

El lenguaje. Son discursos, textos. Toda la obra son poemas. Yo trabajé muchos años en publicidad como redactor publicitario y ahí corrompí el lenguaje, prostituí el verbo, podría haber dejado de hacer publicidad y dedicarme a escribir, pero la sensación que tenía en ese momento era que era imposible, por eso elijo y me interesa desarrollar otros lenguajes, textos que se leen, pero que no pasan por la cabeza, entran visceralmente al espectador. Entonces tienen que ver con la poesía, con la métrica.

¿De qué habla el poema?

Pues… habla del ritmo, incluso es autobiográfico, de lo que está pasando, de la percepción del mundo. Lo que pasa es que es muy abstracto. En esta exposición yo hice el ejercicio de poner nombres y surgieron una serie que son muy literarios, que podrían ser micro cuentos, cada obra tiene un nombre que es una lectura paralela, que remite a otras cosas.

Pero tú expones la obra sin el nombre, títulos como: Llamas y llamas, pero no responden…son muy sugerentes

El nombre lo tienes que ir a buscar, si te quieres enterar está en una lista aparte. La lista de nombres es en sí misma una obra, un discurso. Ahora, paralelamente hay otra lista de dibujos que no existen, pero que el solo hecho de nombrarlos ya no necesita que se hagan, son los “no dibujos”, los sin papeles. Me interesa esta idea del sin papeles.

¿Y cuáles son tus influencias?

La literatura. La poesía.

Por ejemplo…

Los poetas chilenos me interesan muchísimo, no voy a nombrar a Neruda porque es mi poeta de la infancia. Juan Luis Martínez, Raúl Zurita, Jorge Teillier, Parra, Huidobro, la Gabriela Mistral y de mis contemporáneos Andrés Fisher, entre otros. Creo que la poesía chilena goza de excelente salud. También mis contemporáneos españoles, Sandra Santana, José Benito del Pliego…

Y eso lo traspasas a la obra gráfica

No sé si lo traspaso…sí, de alguna manera, o se transforma, pero lo que me interesa es la reflexión de la poesía. Me gusta entender mis piezas como poemas, una obra que responde a una métrica, que a veces es absolutamente caótica o arbitraria, pero que tiene una métrica, un orden, un ritmo. Lo otro que me interesa es proponer al espectador un juego, que él termine de completar las líneas, producirle travesura.

Ahora, de mis referentes plásticos, el artista que más me interesa y del que más he aprendido es Velázquez, un pintor reflexivo, mental, era un hombre que tenía muchas ocupaciones, relacionado con el poder, con el estado, cumplía funciones muy claves.

Toda tu obra parece ser una sola cosa.

Es una sola línea y no la voy a soltar además (ríe), porque si la suelto me pierdo, es como el hilo rojo de Ariadna.

Además, en tu trabajo no existe el borrón ¿Qué pasa con el error?

Cuando una línea se va, se descarta el dibujo, así sea en el último trazo y empiezo de nuevo. Ahora, el error es fundamental, es mucho más rico e interesante que el éxito. Se aprende más del error que del éxito.

La obra tiene una suerte de rigor y exactitud que es importante para mí y si por un tropiezo o una desconcentración, generalmente los errores se producen por desconcentración, empiezas a pensar en otra cosa y eso es fatal, cuando la cabeza se va para otro sitio la línea también, eso implica empezar de nuevo por que cualquier intento de recomponer, corregir, aumenta el error, hace que se vea más el borrón.

A la basura…

Sí. Me interesa mucho esto de la basura por que cuando decidí dedicarme a la plástica, dije “bueno, me tengo que formar”, pero no me interesaba apuntarme a una escuela, me interesaba la idea de formarme por mi cuenta, sabiendo que había un riesgo muy grande en eso y es el problema de los autodidactas, que se complacen con lo que hacen. Me impuse destruir todo mi trabajo de formación, al cabo de un año según se cerraba el ciclo, tomaba todas mis cosas y las quemaba para la noche de San Juan, sin el menor temor, porque aquello que valiera la pena iba a volver a salir y la idea era hacer esto hasta que apareciera un lenguaje propio. Seis años duro este proceso y habría seguido si no es que mi padre dice “oye chico ya está bien, ya hay un lenguaje propio, tienes que hacerte cargo de lo que estás haciendo”.

¿Cómo te relacionas con el mercado del arte?

He insistido en estar al margen del mercado. Las esculturas de papel no tienen precio, es arte efímero, los galeristas me dicen “¿esto como lo vendo, cuanto cobro por esto?... es para regalar”, eso me pareció fascinante, porque si no tiene precio esta fuera del mercado y me interesa mucho lo que está fuera de las normas del mercado. No me interesa ser artista para vender, ni hacerme famoso, lo que me interesa es generar un lenguaje y un discurso, hacer una reflexión interior, sobre el mundo, una reflexión espiritual. En mi obra regularmente aparecen unos signos como “y”, que es una línea que se bifurca en dos, es un elemento que me obsesiona porque estás obligado siempre ha decidir, cada vez que escoges estas descartando un montón de cosas que podrían haber sido posibles y siempre cabe la posibilidad de que te equivoques. Por ejemplo, de repente estas trazando una línea y el lápiz topa con un bulto, entonces tienes que tomar una decisión y levantas y es otra línea la que sigue o lo esquivas o quitas presión… implica ahí unas decisiones que son instantáneas y tiene que ver con las dificultades. Me interesa el registro de las dificultades porque así ha sido todo el proceso: empiezo tarde, no tengo formación académica, me dedico a la plástica después de los treinta años, no pertenezco a mi generación…estoy fuera de las normas del mercado.

www.pedronunez.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario