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REVISTA LECTURAS

domingo, 29 de noviembre de 2009

ENTREVISTA A GONZALO ILABACA (Concepción 1959), por Gabriel Zanetti

("Chinoy", óleo sobre tela, 92 x 120 cm)

("Gran bar Rojo 2-b", óleo sobre tela, 480 x 100 cm)


“Odio las vanguardias. Para mi la pintura llega hasta donde llega el pincel -hasta Picasso más o menos-. Ahí, donde no hay pincel, la cosa comienza a llamarse artes visuales y ya no me interesa mucho. El pincel no ha cambiado nada en dos mil años...”.


En este cuadro (“Gran Bar Rojo 2-B”) se muestra una secuencia -por lo menos en mi lectura occidental de izquierda a derecha- a pesar de que el bar podría entenderse como un lugar de festividad, Sudamérica, Chile, en este caso el puerto de Valparaíso inunda de distancia y nostalgia. El puerto es un lugar sin nacionalidad... ¿Qué nos dicen los personajes de ese cuadro?


- Esta pintura de 1 metro por 4.80 metros, fue hecha especialmente para la barra del Salón Rojo del bar La Piedra Feliz de Valparaíso. Dos músicos (uno a cada costado) ponen la música a una pareja y un parroquiano. La escena está cubierta de la nostalgia de lo que ya no volverá: el dandy, el bohemio, el revolucionario. Según Nicanor Parra estos son los tiempos del empresario. El pintor es "el guardián de todo lo que va a desaparecer". A través de los bares de marinos nos despedimos de toda una época.

Da la impresión que los cuadros horizontales, sumándole la forma de la firma del autor, emulan una gran postal...

- Más que una postal, recuerdan al cinemascope, ¿así se llama? la gran pantalla del cine. Mi pintura es para bien o para mal tremendamente literaria y busco que los personajes interpreten una película y no la realidad, por eso nunca hablo de la técnica en la pintura , el color , la forma, más me interesa producir una atmósfera y como Chile es un país poético trato que esa atmósfera también lo sea.

Hace tiempo que no veía retratos de "personajes del arte", como los que hizo Picasso pintando a Vicente Huidobro, Modigliani…. ¿Consideras al músico Chinoy* un personaje de ese calibre o responde a tu "inspiración inmediata" que es el puerto de Valparaíso?

-Hace tiempo que estoy haciendo una serie llamada "Los Militantes de la Belleza". Son retratos de distintas personas de diferentes trabajos, edades, sexos, que a mi me parece que tienen una belleza… la belleza del gesto, del rostro, de una ética. Por eso pinte a Chinoy. No me considero un retratista, pero cuando veo a algunos de ellos que creo que los podría pintar, les paso ropas y les pido que actúen para mí en la película "Los Militantes de la Belleza".

Sé que has viajado por India, Guatemala, México, y que esos lugares han marcado tu pintura... ¿Cómo trabajas? Esperas que “Isis te descorra el velo para ver”, o en otras palabras, esperas el momento exacto, te paseas con bastidor, atril en mano, o funcionas con lo que tu memoria recuerda y reconfigura...

- La caja de pintura es una llave perfecta para entrar a diferentes mundos. Pinceles y colores no producen desconfianza. Cuando viajo busco un lugar que me inspire y luego lo voy cambiando porque no pinto la realidad, sino cómo me gustaría que fuera. Ando con bastidores pequeños y pinto ahí mismo. Luego lo termino en la pensión, hostal, donde sea. Al regresar a Chile (ya en la comodidad del taller) esos cuadros -los mejores- me sirven de apuntes para hacer otros en distintos formatos y ahora también comienzan a actuar los recuerdos. Son viajes de un año, más o menos, pero luego en el taller continúo ese viaje por un par de años más hasta hacer con ellos una exposición y llenar de nuevo -en lo posible - "el estanque de la bencina".

En otra entrevista dices que hay muy pocas ciudades donde se puede encontrar un cuadro todos los días. Además de Valparaíso y los países ya mencionados ¿hay otro lugar que te tiente a visitar o habitar? Así como el escritor Miguel Serrano amplió tú visión sobre La India ¿ha existido últimamente otra iluminación o burdamente un dato?

- La India, gracias a Miguel Serrano, fue para mí un viaje iniciático. Gracias a eso, años después, pude pintar un tema casi impintable como es la devoción. Durante tres años estuve pintando una modelo (un viaje por el cuerpo de una mujer) sin salir de casa. Es decir un viaje interior hacia Eros, que es la energía que mueve al mundo. No me considero un viajero, sólo que tengo que irme cuando la ciudad me abandona, cuando los cuadros empiezan a aburrirme al pintarlos. Me gustaría "perderme" - porque esa es la palabra- en un viaje hacia el transiberiano, pero esas son ya palabras temerarias ¿no?

¿Cómo podríamos definir tu pintura? ¿Se podría encasillar en algún estilo o vanguardia?

- Odio las vanguardias. Para mí la pintura llega hasta donde llega el pincel -hasta Picasso más o menos-. Ahí, donde no hay pincel, la cosa comienza a llamarse artes visuales y ya no me interesa mucho. El pincel no ha cambiado nada en dos mil años... Las artes que recién comienzan sólo las veo cuando me entretienen y de esas últimas sólo el cine me puede maravillar. El pozo hondo está en las artes más antiguas: poesía, literatura, pintura, escultura, teatro y danza. ¿Leíste el libro de Baricco “Los Barbaros”? Las vanguardias serían una cosa totalmente de los barbaros.

*Chinoy, músico chileno.
Gabriel Zanetti, Madrid 2009.

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