Chile es un país largo formado por distintos climas, lo constituyen fragmentos territoriales, una suma de trozos de países hermanos y zonas originarias arrebatadas, incorporados ambos a partir de guerras al servicio, como en todas las guerras, de los intereses imperiales y económicos, pero eso es “historia” y geopolítica.
La nacionalidad, sabemos, es un discurso de poder, del poder hegemónico, en cambio el discurso poético y su desarrollo es todo lo contrario, es la búsqueda y expresión individual y también tribal (la fiesta) de mundos y percepciones de realidad distintos y complementarios que expresan lo más concreto, lo que cabe en el puño: la experiencia de vivir aquí y ahora.
Por lo general nuestra poesía se ha apoyado en regionalismos, paisajes, distancias, tradiciones escriturales e imaginarios locales o importados en base a grandes figuras poéticas y cánones establecidos. Hoy en cambio existe una generación de poetas jóvenes chilenos que pasan por encima de estas continuidades y se despliegan sobre un ámbito expresivo más amplio, es decir, la puesta en escena de un discurso si bien es cierto personal, desplegado desde una mirada actual, urbana, corrosiva, social y crítica, me refiero a una poesía que se produce y sucede fuera del repertorio sólo literario y que se expande y convoca en la vida desde el enigma de lo cotidiano, no me refiero a la anécdota, hablemos de sensibilidad, de olfato y tacto poético, que además, está cruzada por un potente y ácido sentido político, no partidista sino ciudadano, es una poesía que reúne en un gesto de incredulidad lo escrito y lo vivido, no es esa poesía de y para escritores; textos imaginistas, barrocos y experimentales que finalmente terminan, cuando ponen el punto final, enfrentándose al terrible hecho de no tener nada que decir, limitándose a un ejercicio de lenguaje. Aquí la palabra no es lo más importante sino la mirada, no se trata de sólo hablar, sino de ver; aquí se siente el clima, se ve la temperatura y la brisa de la experiencia colectiva.
En los poetas que integran esta muestra parcial que viene a continuación, el lenguaje es un soporte y la literatura un pretexto, como afirma Patricia Espinosa ”me interesa un hablante=un texto”, digo yo “no me interesa un texto=un texto”.
Lo singular de este grupo de poetas diversos, o el detalle que quiero hacer notar, es que sus obras se desarrollan en lugares geográficos distantes: la capital Santiago y una provincia alejada, fronteriza, Iquique, a 1500 kms. de distancia. Sin embargo los argumentos que he propuesto los convoca e identifica, aquí el modo de vida y el paisaje que los diferencia los acerca, pero en actitud y uso de los elementos que sí significan: la ciudad, la violencia, el silencio. Materiales que fluyen con naturalidad desde esa materia prima simbólica que nos brinda nuestro real, maravilloso cotidiano.
Creo que frente a la ambigüedad, la figuración inmerecida y la falsa creencia de que la poesía se escribe con los dedos sobre el teclado, requiere tomar partido, defender a sangre aquello en que se cree, no sólo en lo poético, y respaldar a quienes sí son poetas y no tecleadores que lejos de seducir a primera vista, como hacerse amigos o enamorarse, prefieren las explicaciones y la producción tanto de “obras” como de “personajes”, alejando la poesía de aquella decisión racional o conveniente, esa tan adecuada a estos tiempos donde la apariencia y el espectáculo parecen brillar, por ahora. Por lo tanto entonces, la distancia no existe, ni el paisaje, ni los kilómetros, sólo un climax: la honestidad.
NOTA: Esta es una muestra parcial dispuesta por orden alfabético, y que quede claro que hay más poetas actuales que se mueven sobre las características antes señaladas, los que por espacio no incorporo, pero que convocaré en próximas oportunidades: Paredes, Aedo, López, Fritz, Saldaño, Ghigliotto, Ramírez, Saavedra, Barraza, etc.
Danitza Fuentelzar P.
Iquique DE LOVESONG
Extraño a mí ex -amante;
amante porque tiene mujer que le repite "te quiero",
que le plancha las camisas y lava los calzoncillos amarillos
que yo le regalé,
los que le saque a mordiscos en el pasillo del doceavo piso.
Extraño a mi ex -amante;
que me amó, que amé y que le aman;
ex -amante mentiroso, amoroso, goloso
fantasioso de mi entrepierna,
pretencioso de su lengua pincel
............................ .. .. .. .. (Jamás me dibujó)
Ha publicado: Inlambrica. Yerba Mala Cartonera, La Paz, Bolivia.
Enrique Winter
Santiago
ESTE CASSETTE TOCA SU VIDA
Luego de cinco órdenes de arresto
mi mamá invita a mi papá a la casa
se pone linda, le cocina rico.
Con tres borgoñas y solos
mi papá me confiesa lo que eso indica: que lo ha hecho bien,
que las piernas que abre se mantienen abiertas.
Lo dice porque le conté del viernes:
cinco años sin verla y me tomo la mano.
Este cassette toca su vida
vida que rozo apenas
si con el dedo rebobino.
Mi papá y yo seguimos solos.
Ha publicado: Atar las naves, Ed Del temple, Chile, y Rascacielos, Colección Limón Partido, México
Gladys González
Santiago
Naturaleza Muerta
hubo noches
en las que buscaba
con un cuchillo de cocina
el origen de las voces
aterrorizada
con el rostro amoratado
y revuelto
hubo noches
en las que hacía barricadas
para que no me asesinara
con una cortadora de pasto
abriéndome lentamente
hubo noches
en las que me golpearon tanto
que caí al suelo
con un diente destrozado
y la cabeza rota
como una granada hirviendo
hubo noches
sin dinero
sin cortes profundos
caminando por la carretera
con la boca sangrando
los ojos perdidos
el rostro blanco
resplandeciente
entre los reflectores
de los automóviles
Ha publicado: Gran Avenida, Aire Quemado, Editorial Calabaza del Diablo, Chile
Jonathan Guillén
Iquique
Despedida
Vestirse de rojo;
caminar indiferente el tránsito
a la hora de los tacos en el centro.
La espalda mojada por el sudor
y el sol como quien abraza en una despedida.
Ver pasar la tarde de reojo
frente a una pileta que escupe en tus zapatos.
Divisar a un conocido en la acera de enfrente
cuando el semáforo está en rojo, ignorarlo.
Sicosear a esa mujer que tanto has seguido
después de tragar el último antidepresivo,
ir tras ella hasta la playa,
imaginarla;
y contemplar el mar por entre medio de sus piernas.
Ha publicado: Urbana siniestra, Yerba Mala Cartonera, La Paz, Bolivia
Juan Malebrán
Alto Hospicio
La internacional
Ella es la bailarina que ganó cinco mil soles mensuales en Lima, a la que maquillaban como a una gran estrella, mientras le daban las últimas instrucciones antes de salir a escena.
La nena que frente a las cámaras sonreía y a quien los reflectores seguían en cada uno de sus movimientos.
Por ella gritaron entusiasmados los espectadores en el estudio y en sus casas cientos de niñas imitaron cada uno de los pasos de sus coreografías.
Ella es la misma que atravesando las luces de la capital, regresaba a llorar sola bajo su almohada, anhelando volver pronto a caminar, por las mismas calles de su triste barrio.
((Ahora, con varios kilos de más y con las tetas caídas, su único sustento es un aviso en el diario y el ring tone de su celular))
Ha publicado: Reproducción en curso, Yerba Mala Cartonera, La Paz, Bolivia.
Juan Carlos Urtaza
Santiago
El que viene detrás de mí
sabrá donde poner el pie
esquivar ese golpe
que me sigue desde niño
enterrar el hueso
que me astilla la mano
y poner fin a la cuenta
que sostiene mi tiempo
El que viene detrás de mí
contará hasta diez
en sus segundos correrá la vida
la sangre que perdí
será mi doble en la multitud
hasta desaparecer.
Ha publicado: K.O, autoedición, Chile
Juan José Podestá
Iquique
Hay algo que no está bien
Un declive en la mesa al fondo del corredor
Y un mantel a medio correr en la misma mesa
Cierto aire enrarecido en la pieza oscura
Una puerta descreída de las cerraduras
y una llave en otro lugar
En otro lugar la revista que dejaron sobre ese mueble
y el mueble ladeado en un ángulo infinitesimal
La gotera se multiplica y el que la quiere cerrar no puede
Hay una cierta mirada
Cierto desdén en los ojos
Un chasquido de labios
Una parada que algo quiere decir
Una respiración
Cierto dolor entre ambos
Hay algo que no está bien
Una pistola que brilla en el velador.
Ha publicado: Novela negra, Yerba Mala Cartonera, La Paz, Bolivia
Marcelo Ramos
Iquique
Tarro vacío
en tu cumpleaños
Es tarde y pronto pasará la basura
Se llevará los restos de la fiesta que terminó temprano
Mirar como se manipulan los desechos habla mal de mí
Peor sentarse a llorar o escribir una carta
-Hace tiempo que no duermo contigo, todo está mal-
El cuerpo tiende a la descomposición
cuando sin querer no se puede dormir
Hay tarifas que se pagan con sangre
Y otras que simplemente se olvidan
Cuentas que se arrojan a la basura, no por olvido si no por cortesía
Cuando acabó la fiesta encendimos la luz
Miramos los rostros de cada uno, los contamos
Calculamos los amigos son pocos
Tú partiste incluso antes
Cuando recogimos la mesa ya no estabas
Y los amigos me vieron llorar contra la puerta
Prefiero no volver a casa y tomar la flota en cuanto puedo
Reírme de lo ajeno que parece el cáncer que no se quita con una ducha
Lo otro si, el recuerdo de una playa que parece vacía
El juego de manteles para tu cumpleaños
Las llamadas telefónicas desde un país extranjero
Todo se olvida como nos enseñaron se debe olvidar lo verdadero
Ser al final lo ajeno
La astilla en el dedo índice –una molestia-
Recordar que para esto nacimos no me provoca gracia
Quizás un poco de risa
La película que lo explicaba no la vi
Nunca el viaje tuvo motivo
Solamente cuentas irregulares que no se pagan en cuotas
Cancelaciones pasadas de moda que te hacen salir arrugas
Cosas que no importan como el vicio o sentirse tan sólo
En la calle nadie devuelve la mirada al mendigo
Sólo monedas que caen para desviar la mirada de quien se permite estar
donde le corresponde
Dentro de la casa es tarde
Celebración a oscuras donde nadie habla ni pregunta por qué.
Ha publicado: Rayado de cancha, Yerba Mala Cartonera, La Paz, Bolivia.
Priscilla Cajales
Santiago
Panorámica III
No éramos los más bellos
si los felices y valientes
arrojados a lo intempestivo
de una muerte prematura
como la certeza del fin
en ese entonces poco importaban los años
la borrachera
la pobreza
buscábamos chequeras abandonadas
en el supermercado
cerca de la casa de tu amigo
por esos días recorríamos las calles haciendo el amor
en todas sus formas
nada
podría detenernos en ese tiempo
ni la vergüenza, ni la mentira, ni el sufrimiento más cruel
pero la poca belleza que poseíamos en ese entonces
no fue suficiente
la valentía se acabo con el tiempo y vino el miedo
el frío
y el más completo de los silencios.
Ha publicado: Termitas, Ed. Calabaza del Diablo. Chile
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